jueves, 29 de agosto de 2019

D O S - Just Kids

Este texto lo rescaté de mi blog Scripa Manent, publicado el 20 de diciembre de 2016

Llegué a este libro por Paula Bonet (luego escribiré de ella), Patti Smith es una de sus "musas". Tenía tantas ganas de leerlo y ya eran las 2 am, que lo descargué en PDF (pecadora).


Este es un libro que nos muestra como "vivir (d)el arte" (ay que me puse posmo) y como el artista puede sobrevivir o morir en pos de esta premisa. 

La búsqueda de la desconexión de lo mundano para conectar con la esencia, el ir explorando distintos espectros vitales, tales como la conexión con lo espiritual (ya sea dios o el diablo), llamarse "Smith" (que es como "González o Tapia") y dormir en el parque pasando hambre, para luego tener la oportunidad de alojarse en uno de los hoteles más lujosos y comer en la mesa donde se sentaba Andy Warhol. Y en su relación con Robert, vivir el amor intenso de un hombre que siempre y nunca fue suyo,  el estar juntos y separados, y en ocasiones, al estar separados estar más conectados...me hace pensar en la capacidad de los artistas al desconectarse para conectar con la esencia, ser un puente con otra realidad sensible, los poemas que escarban la superficie verbal, la fotografía como una forma de mostrar la realidad que habita el instante, que es distinta a la del tiempo continuo y  la música, que en esencia son palabras, pero que rompen la cáscara que las envuelve.

El arte transforma, amor se transforma. No hay fórmulas.


Le doy 5 estrellitas y le hago un queque de plátano a esta maravillosa artista, que hace magia con sus palabras. 


Le tiro el link, porque no tengo cara para decirle que se lo compre.

LIBRO

y obvio, su música.

MÚSICA

U N O - Mujercitas

Estaba tratando de escribir esto como si le hubiera pasado a alguien más, pero no, no pude. Me cuesta escribir sobre una lectura sin hacerlo personal, y empiezo a imaginarme que las interpretaciones son como los deditos entrelazados entre el libro y la experiencia vital de quien lo lee.

Entonces, aquí voy.

Volví a leer "Mujercitas"
Ha sido el libro que más veces he leído, pero debo aclarar que las primeras veces que lo releí (obsesivamente) fue en esta versión, que venía con las leches, creo. Para ese entonces yo tenía una pequeña biblioteca, en una repisa que rozaba el techo, al lado de la cama de arriba del camarote que compartíamos con mi hermano. En ella había una reducida colección de libros de editoriales como "Soluciones escolares", "Soprole" o los clásicos de Ercilla. Entre esos libros, recuerdo, estaba "Ternura" de Gabriela Mistral, con una foto de pavo real en su portada y el bacán "Jane Eyre", que disfruté montones. Ahora que lo pienso, sobre ese camarote estuvo mi primer desván.

Algo tenía ese libro que me obligaba a volver a él, y así como muchas veces pasa, uno termina de entender algunas cosas y unir los puntos, con el tiempo.
Conversando con una amiga bibliotecaria (¿mejor amiga o mejor amiga?), casi 20 años después, concluimos que Jo nos entregaba un modelo de mujer que nuestras otras heroínas literarias no, o quizás si, pero no de manera tan explícita. Eso y la nueva versión de la película (OMG, LINK para ver el trailer), más la agradable coincidencia de la accesible versión completa del libro, publicada por Penguin Random House que distribuye COPEC (siempre fiel a la edición proletaria, parece) me embarqué en la relectura de mi clásico fundacional (como terminé por bautizarlo).

Quizás por el título (ay, ese diminutivo) y el siglo, alimenten el prejuicio de tener ante nosotres una obra con mujeres que respetan las estructuras patriarcales, esas portadas rosaditas y esas chiquillas con vestidos amplios, en nada nos anticipa lo que se viene. Obviamente no es un manifiesto feminista, pero así como tiene frases muy "la mujer conoce la verdadera felicidad al estar casada", también nos encontramos con una especie de oda a las tías solteras, ya que en él se conjugan varios puntos de vista, que van adquiriendo fuerza desde la experiencia de vida de cada hermana March, en donde se valida y se pone en tela de juicio constantemente su forma de ser mujer, y eso es muy bacán, y creo que es lo que más me cautivó: nos muestra que se puede ser mujer de diversas formas, no hay un solo modelo y no hay una manera mejor que otra.

Hay, entre las páginas de la versión extendida (que, me entero, recién desde el 2004 contamos con una traducción de ella al español LINK), una critica al estereotipo femenino. Meg, la más conservadora de las hermanas, toma el camino de casarse (muy enamorada ¡qué lindas las descripciones de la sensación de descubrir tu corazón prendado!) y tener hijos, pero ya al poco andar los conflictos matrimoniales se dejan entrever, con ella dándole prioridad absoluta a la crianza y él dejando de llegar a casa porque se sentía una molestia, resolviendo el problema en una especie de crianza compartida (ya, no pidamos mucho, pero hay algo de eso  ¿se lo esperaban?).  A nuestra querida y rebelde Jo, que enfrenta a su hermana diciéndole que casarse es lo peor que puede hacer, que siga sus sueños como ella lo hace, pero vemos también como a ella misma le cuesta ser fiel a su genio creativo, y como la soledad la atormenta. Beth, que vive casi como un ser etéreo y silencioso, casi imperceptible a simple vista, pero que en su absoluta entrega llena todos los rincones de su casa y la de sus vecinos (algo que sus hermanas nunca lograron) y Amy, quien decidió explotar al máximo su talento, entregándose en cuerpo y alma a mejorar, a ir más allá de sus límites y de su ego, aprende una lección de humildad muy importante al final del libro.

No puedo terminar esto sin referirme a la polémica Laurie-Jo-Bhaer, porque me tomó años entender por qué Jo no se enamoró de su compañero de juegos, el guapísimo y adinerado Laurie, y se quedó con el pobre y viejo profesor extranjero que estaba a cargo de sus dos sobrinos huérfanos. "No tengo nada" dice Bhaer, y ella prefiere ese espacio, esa ausencia de cosas, para poder asentar sus sueños (y poner sus manos entre las de él) ¿acaso es Jo bypaseando el amor romántico y patriarcal? Ella no necesitaba a un macho proveedor, un salvador, si no que a alguien que la quisiera así como era, que la impulsara a ser mejor y que no tuviera nada, para construir desde ahí, una nueva forma de amar.

martes, 20 de agosto de 2019

C E R O - Me en el desván

Hola (y hola de nuevo a los viejos y queridos)

Jo
Empiezo este nuevo blog con la certeza de no publicar de manera periódica, pero si con una novedad: rescatar cosas escritas en mis antiguos blogs (no se esfuercen en buscarlos, ya no están online)
Cada cierto tiempo me dan unas ganas irrefrenables de compartir algo más que un tuit y, a pesar que la plataforma Blogger está pasadita de moda, me gusta mucho el formato.
No esperen grandes cosas, entretenidas tal vez, pero principalmente me gustaría despertar la curiosidad con lo que comparto. Así, tal cual.


¿Por qué se llama así?

"En el desván" de Satoshi Kitamura
La respuesta es muy simple: mi sobrino me dice "Me" y me recuerda al simple "Jo" de uno de mis personajes literarios favoritos (y sé que el de muches), Josephine March quien escribía en un desván, sobre una cocina vieja. También me recuerda al libro "El Desván" de Satoshi Kitamura, que habla sobre las cosas que pasan en el desván de nuestras cuerpas (la cabeza).

Bienvenides.